Foto: Julio Prieto
Si hubiese alguna duda, digamos que los géneros provienen de la cercanísima lonja de Pasajes, del mismo día, y que las raciones, además, son generosas. La fritura, sin alardes de nada, está más que bien. En consecuencia, géneros vivos hechos con atino y un costumbrismo que a todos, absolutamente todos, gusta y hasta encanta. El nombre de los protagonistas depende de la oferta y la demanda, de lo que traigan los barcos y se subaste a tarifas comedidas. Por ejemplo, anchoas, soldaditos, calamares y rape...ese es un menú habitual, siempre frito atinádamente, según la tradición, sin ningún sentido aceitoso, con una populachera ensalada de tomate con piparras y atún, además de aceite y un sucedáneo de Módena. Uno sale dando brincos. Y si quiere introducir pescado con mayúsculas u otros lujos, solo hay que avisar a María Luisa Arregui, siempre dispuesta a decir sí, sin hacer ninguna concesión; la casa tiene su identidad y su "protocolo".
Un 10 en su género. Único.